Capitulo XV
ARCANO No. 15 "LA PASIÓN"
DESCRIPCIÓN DE LA LAMINA: En las Aguas de la Vida la representación de GEBURAH
(la Ley). En medio TIPHÓN BAFOMETO aparece sosteniendo en su brazo izquierdo el
Bastón de Mando y en su mano derecha una Serpiente que sube. Su mano derecha es
masculina y su izquierda es femenina, sus senos indican que es ANDRÓGINO. Con
el mandil se cubre la Sabiduría y del mismo mandil resulta la cola.
La cara es deforme, debido a los errores o pecados. El
Bafometo se ha representado como el latón que actualmente la humanidad ha
ennegrecido debido a la degeneración. Debemos "blanquear al latón",
al Diablo, quien es el Entrenador Psicológico y Guardián de las puertas del
Santuario para que únicamente entren los elegidos, quienes han podido superar
todas las pruebas impuestas por el Diablo.
SIGNIFICADO ESOTÉRICO DEL ARCANO: El Arcano 15 del Tarot representa
al macho cabrío de Mendes, Lucifer, Tiphón Bafometo, el Diablo.
"EL ALKIMISTA DEBE ROBARLE EL FUEGO AL
DIABLO".
Cuando trabajamos con el Arcano A.Z.F., le robamos el
Fuego al Diablo, así nos convertimos en Dioses, así resplandece la ESTRELLA DE
CINCO PUNTAS.
Los cuernos terminan en 6 PUNTAS. El Arcano 6 es el
Sexo, indicando que en el Sexo está la liberación por la castidad, o la
esclavitud del hombre por la pasión. Existe una diferencia con el Arcano No. 1,
la mano derecha está arriba y la izquierda a la tierra.
El Misterio del Bafometo es la Alkimia Sexual, basado
en comprensión y transmutación de las Energías Creadoras.
El Bafometo de los Templarios debe leerse al revés,
Tem-o-h-p-ab, símbolo de las palabras latinas: TEMPLI OMMUN HOMINUN PACIS
ABBAS. Esto quiere decir: "El Padre del Templo, Paz Universal de los
Hombres".
El Arcano 15 aparece después del 13 que es la Muerte
del Yo, del Ego, del Mí Mismo; y del Arcano 14 que es la Temperancia o
Templanza, la Castidad que resulta después de la muerte del Ego. El Arcano 15
es pues el Andrógino Divino que vuelve a resplandecer, es el Latón Blanqueado.
Sabemos que más allá del cuerpo, de los afectos y de
la Mente, está el Logos Interior, Divinal. Incuestionablemente eso que es lo
inefable, eso que es lo real, proyecta su propia reflexión, su sombra
particular, dentro de nosotros mismos aquí y ahora. Obviamente tal Sombra, tal
Reflexión Logoica, es el Entrenador Psicológico, Lucifer, el Tentador. Cada uno
de nosotros tiene su LUCIFER PARTICULAR.
En el Egipto de los Faraones, el Sol del Mediodía, el
Sagrado Sol Absoluto, estuvo siempre simbolizado por Osiris, mientras su
Sombra, su Reflexión, su Lucifer, se halla alegorizado por TIPHÓN.
En los Sagrados Templos del viejo Egipto de los
Faraones, cuando el neófito estaba a punto de sufrir las pruebas de la
Iniciación, un Maestro se acercaba a él y le murmuraba al oído esta frase
misteriosa: "ACUÉRDATE QUE OSIRIS ES UN DIOS NEGRO".
Evidentemente este es el color específico de las
tinieblas y de las sombras cumerías, es del Diablo, a quien se ofrecieron
siempre rosas negras, y también el del Caos Primitivo, donde todos los
elementos y gérmenes de la vida se mezclan y confunden totalmente; el símbolo
del Elemento Tierra, de la Noche y de la Muerte radical de todos esos Agregados
Psíquicos que en su conjunto constituyen el Mí Mismo.
Necesitamos con urgencia máxima, inaplazable,
"BLANQUEAR AL DIABLO" y esto sólo es posible peleando contra nosotros
mismos, disolviendo todo ese conjunto de Agregados Psíquicos que constituyen el
"Yo", el Mí Mismo, el Sí Mismo. Sólo muriendo en sí mismos podremos
Blanquear el latón y contemplar el Sol de la Media Noche (el Padre). Esto
significa vencer a las tentaciones y eliminar todos y cada uno de los Elementos
Inhumanos que llevamos dentro (Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza,
Gula, etc., etc., etc.).
En el Gimnasio Psicológico de la existencia humana, se
requiere siempre un Entrenador. El Divino Daimón, citado tantas veces por
Sócrates, la Sombra misma de nuestro Espíritu individual, es el Entrenador
Psicológico más extraordinario que cada uno de nosotros carga adentro; nos mete
en tentaciones con el propósito de entrenarnos, educarnos, sólo así es posible
que broten en nuestra Psiquis las gemas preciosas de las Virtudes.
Ahora me pregunto y pregunto a ustedes: ¿Dónde está la
maldad de Lucifer?. Los resultados son los que hablan, si no hay tentación no
hay virtudes: cuanto más fuertes sean las tentaciones, más grandes serán las
Virtudes; lo importante es no caer en la tentación, y por eso debemos rogar al
Padre diciendo: "No me dejes caer en tentación".
Sólo mediante la lucha, el contraste, la tentación y
la rigurosa disciplina esotérica pueden brotar en nosotros las flores de la
Virtud.
LUCIFER, como AYO, Educador, Mentor, resulta
ciertamente insólito, inusitado, extraordinario. Existe en la Tentación
Luciférica: didáctica, inimitable, pedagogía portentosa, atracción que asombra,
incentivo inconfundible, instigación oculta con propósitos Divinales secretos,
seducción, fascinación... Lucifer Prometeo, es uno con el Logos Platónico, el
Ministro del Demiurgo Creador y Señor resplandeciente de las Siete Mansiones
del Hades (Infierno); Sabbath y del mundo manifestado, a quien están
encomendadas la Espada y la Balanza de la Justicia Cósmica, pues él es
indubitablemente la norma del peso, la medida y el número; el Horus, el
Brahama, el Ahura-Mazda, etc., siempre inefable.
Lucifer (Luci= Luz. Fer= Fuego), es el Guardián de la
puerta y tiene las llaves del Lumisial para que no penetren en él sino los
ungidos, que poseen el secreto de Hermes...
Quienes maldicen temerariamente a Lucifer, se
pronuncian contra la Cósmica Reflexión del Logos, anatematizan al Dios Vivo
manifestado en la Materia y reniegan de la siempre incomprensible Sabiduría,
revelándose por igual en los contrarios de Luz y Tinieblas. Semblanza,
parecido, similitud: Sol y Sombra, Día y Noche, Ley de los Contrarios.
El Diablo, la Reflexión de nuestro Logos Interior, fue
la criatura más excelente antes de que cayéramos en la generación animal.
"Blanquea el latón y quema tus libros", nos repiten todos los
Maestros del Arte Hermético. Quien Blanquea al Diablo, volviéndolo a su estado
resplandeciente y primigenio; quien muere en sí mismo, aquí y ahora, libera a
Prometeo encadenado. Y éste le paga con creces porque es un coloso con potestad
sobre los Cielos, sobre la Tierra y sobre los Infiernos.